Con estos decretos, Obama da un giro radical con respecto a la anterior Administración de cómo Estados Unidos enjuicia e interroga a los llamados "combatientes extranjeros", como se cataloga a los miembros de Al Qaeda y los talibanes, entre otros grupos terroristas, que representan una amenaza para el país. La base naval de Guantánamo, en suelo cubano, ha despertado la condena de numerosos países, y las revelaciones de que se había torturado a algunos de sus 247 presos con el método de waterboarding (asfixia simulada), desataron una serie de peticiones de numerosas organizaciones de derechos humanos para que se cerrara ese centro de detención. La administración Bush ha admitido que al menos tres de los reos fueron interrogados por la CIA bajo este método, que consiste en lanzar agua al detenido en la cara de forma que no pueda respirar, pero sin llegar a matarlo.
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