El ADN guarda el secreto de la historia evolutiva de las poblaciones humanas. Cada cambio se registra en la memoria del genoma, a través del que se puede leer las migraciones que experimentaron los pueblos, sus conquistas o los sucesivos mestizajes. Algunas, debido fundamentalmente a su grado de aislamiento, conforman perfiles genéticos propios, linajes únicos que no se encuentran en ninguna otra parte del mundo. Y uno de ellos es el que define a la población del País Vasco, que cuenta con una secuencia genética única correspondiente al haplogrupo H2a5.
El origen de estos linajes data de hace entre 11.000 y 12.000 años, solo que su marca, aunque con menor frecuencia y diversidad, se puede encontrar hoy en día en otras zonas de España y del mundo debido a nuevos procesos de migración de estas poblaciones. El único que no se ha encontrado en ningún otro lugar del mundo, o al menos después de corroborarlo en las bases de datos mundiales existentes, es el linaje autóctono vasco, exclusivo de la Euskadi actual, asociado al haplotipo H2a5, que es incluso más antiguo que el resto de los tipos posglaciares, ya que data aproximadamente de hace 15.000 años.
Esta diferencia es la que acaba de encontrar una investigación dirigida por un gallego, Antonio Salas, de la Unidade de Xenética Forense de la Universidade de Santiago y miembro del departamento de Anatomía Patolóxica e Ciencias Forenses
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