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La pederastia clerical es antigua. De hecho, el Concilio de Elvira ya la censuró en una época, años 300 a 324, en que la gente se casaba adolescente y moría a los 40. Pese a ello, el miedo al escándalo y las enormes garantías que ofrece a los acusados el Código Canónico han impedido que la Iglesia frenara o castigara eficazmente la pederastia.
Resumen de los últimos escándalos de la iglesia:
La plaga de la pederastia salpica a diócesis europeas y de Estados Unidos
El cardenal Tarcisio Bertone, secretario de Estado de la Santa Sede y número dos del Vaticano, ha dicho esta semana que un "anticristianismo radical y demencial se está difundiendo por Europa de una forma rastrera". El grito desesperado ante las informaciones de los escándalos de pederastia que la Iglesia ha ocultado en el pasado (Alemania, Austria, Estados Unidos) revela la angustia de la Curia ante la crisis de credibilidad generada por la plaga de la pederastia.
La plaga de la pederastia salpica a diócesis europeas y de Estados Unidos
Abrir los archivos es la única manera de recuperar la credibilidad
La consigna de tolerancia cero, transparencia y justicia para las víctimas lanzada por el Papa en la carta a los católicos de Irlanda ha topado con la testaruda realidad. La cúpula de la Iglesia católica, según muestran los últimos casos, ha sido tolerante con los abusos. El Vaticano no ha reaccionado lo suficiente, mientras un infierno arruinaba la vida a miles de niños. Y tanto el compromiso de Ratzinger con las víctimas como su astucia política para liderar el cambio que la Iglesia necesita están siendo erosionados.
¿Podrá el Papa cambiar la línea de silencio que ha marcado históricamente la actitud de la Iglesia hacia los abusos clericales en particular? ¿Podrán los obispos y cardenales habituados a lavar durante décadas los trapos sucios en casa, con una simple firma del traslado del culpable a otra diócesis, llevar los casos a los tribunales?
La semana trágica de Ratzinger parece demostrar que la cultura del silencio marca todavía la actitud de la Iglesia hacia los abusos. Bertone, que en 2001 reivindicaba el secreto profesional frente a las denuncias a la justicia, elige una vez más el victimismo. En plena batalla por la verdad, el Papa deja caer que se condena el pecado pero no el pecador.
La pederastia clerical es antigua. De hecho, el Concilio de Elvira ya la censuró en una época, años 300 a 324, en que la gente se casaba adolescente y moría a los 40. Pese a ello, el miedo al escándalo y las enormes garantías que ofrece a los acusados el Código Canónico han impedido que la Iglesia frenara o castigara eficazmente la pederastia.
El fiscal del ex Santo Oficio, Charles J. Scicluna, encargado de procesar a los pederastas y hombre afable al que algunos curas y víctimas conocen por su pasividad, arguye en su defensa que el sistema legal y la costumbre dificultan su trabajo. "La cultura del silencio, sobre todo en Italia, está muy extendida", explica. "El derecho canónico nos obliga a ser muy cautos y garantistas, porque protege al máximo los derechos y la intimidad de los acusados. Aunque eso no significa que hayamos evitado que en los casos más graves actuara la justicia civil, no es justo decir eso".
Pero la asociación italiana de víctimas de la pederastia Caramelo Bueno asegura que el fiscal falsea la realidad. Su presidente, Roberto Mirabile, un tipo templado que se declara creyente y trabaja desde hace 13 años en Reggio Emilia con jóvenes objeto de abusos, ha señalado cómo, en 2007, Scicluna y otros jerarcas vaticanos toleraron sin mover un dedo que un cura de Roma, Ruggero Conti, acusado por siete testigos y hoy arrestado y bajo proceso por prostituir y abusar de menores, continuara violentando a sus víctimas. Un caso gravísimo y lleno de implicaciones ideológicas, amenazas y violencia, que se ha sumado al del difunto padre Lawrence Murphy, de Wisconsin, que murió perdonado por el silencio de Ratzinger y Bertone en 1998 tras abusar de 200 niños sordos.
Sería injusto negar al Vaticano algunas tímidas señales de apertura. El viejo Santo Oficio, en un gesto insólito de transparencia que intentaba minimizar la sensación general de que el fenómeno es masivo, ha hecho públicas las cifras de casos que ha manejado desde 2001: de los 3.000 acusados de abusos analizados (14 de ellos procedían de España, explica el fiscal), solo hubo 600 procesados, 300 expulsados del clero, y otros 300 pidieron la dispensa del sacerdocio.
Algunos vaticanistas expertos, como Marco Politi, han dicho que Ratzinger solo tiene una forma de recuperar credibilidad: abrir de verdad los archivos de los abusos que la congregación guarda bajo llave y explicar a quiénes absolvieron y a cuáles condenaron. Será difícil si no imposible, porque Ratzinger ordenó en 2001 que, para los casos de pederastia e insinuaciones turbias bajo confesión, los participantes en el proceso canónico destruyeran las actas y guardaran silencio perpetuo, so pena de excomunión fulminante.
El sigilo es ley en el Vaticano. Quizá por eso, las explicaciones de los jerarcas suenan en estos días entre tibias y balbucientes. Se detecta una mezcla de pavor ante la posible aparición de nuevos casos, angustia por los cadáveres en el armario que algunos guardan e inquietud por el futuro de la institución.
El Vaticano se asemeja a un fortín asediado. La suciedad de la que habló Ratzinger antes de ser nombrado Papa ha desbordado las previsiones y el fango emerge libre por todas partes: Alemania, Holanda, Austria, Suiza y, para colmo, la catoliquísima Italia...
Era un secreto a voces, pero esta vez los medios se están entregando a fondo al filón y los cardenales y obispos sufren, revisan su memoria y temen las posibles consecuencias, penales y económicas. La complicidad es un delito. La denegación de socorro, otro. Filippo di Giacomo, sacerdote, experto en derecho canónico y colaborador de EL PAÍS, hace este análisis: "La desvergüenza y la corrupción religiosa, moral y sexual de muchos miembros de la Curia ha alentado en Roma, sobre todo desde la época del papa Wojtyla, Stanislaw Dziwisz y Camillo Ruini, un clima de oposición contra quienes intentan denunciarlo, incluido Ratzinger".
Las promesas de Ratzinger de colaborar con la justicia chocan con la piedad corporativa, que siempre ha preocupado mucho en Roma.
Federico Lombardi, portavoz del Vaticano, dijo ayer que los ataques mediáticos de las últimas semanas han provocado sin duda daños, pero no han tocado la autoridad del Papa, que sale reforzada. "La reciente carta a la Iglesia de Irlanda es un testimonio intenso que contribuye a preparar el futuro a través de un camino de curación, renovación y reparación". Lombardi ve numerosas señales positivas en las conferencias episcopales.
Nuevos casos en Holanda y Noruega
Una carta del actual Papa cuando era prefecto de la antigua Inquisición revela que frenó varios años la secularización tras la denuncia del obispo de Oakland
El goteo de noticias sobre abusos sexuales que achacan a la Iglesia católica ya es una lluvia y amenaza con transformarse en un ciclón. Mientras el Vaticano reiteraba la disponibilidad de papa Benedicto XVI de entrevistarse con las víctimas de los curas pederastas, nuevas revelaciones volvieron este viernes a implicar directamente al jefe de la Iglesia en las tentativas de las altas esferas vaticanas para parar los escándalos. La agencia Associated Press publicó nuevos documentos que apuntan a la resistencia a la destitución de curas implicados en abusos por parte del entonces cardenal Ratzinger.
Una carta, datada en 1985 y firmada por el mismo Ratzinger, demuestra cómo el futuro Papa, en sus funciones de prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, se opuso a la destitución del cura Stephen Keisle "por el bien de la Iglesia Universal", según aparece en el texto. El documento, escrito en latín, forma parte de la amplia correspondencia entre la diócesis de Oakland (California) y el Vaticano sobre el caso Kiesle. La diócesis había recomendado la destitución del cura acusado de abusos sexuales en 1981, el año en el que Ratzinger fue nombrado jefe del organismo de la Iglesia al que compete la disciplina de los religiosos.
Fue sólo cuatro años más tarde cuando, según AP, el futuro Papa escribió al obispo de Oakland, John Cummins, que había sometido el caso. Y fue para decirle que, a pesar de la importancia de las argumentaciones en favor de la destitución de Kiesle, hacía falta tener en cuenta "el perjuicio que puede causar en la comunidad de los fieles de Cristo, sobre todo considerando su joven edad". Kiesle tenía entonces 38 años. Ratzinger también instó al obispo a ofrecer a Kiesle "todo el cuidado paternal posible", mientras esperaban una decisión. En 1978, Kiesle había sido sentenciado a tres años de libertad condicional por abusos contra dos jóvenes. Cuando acabó la condena pidió la destitución y fue cuando la diócesis remitió el caso a Roma.
Un portavoz del Vaticano confirmó la autoría de la carta, pero no quiso hacer comentarios sobre las revelaciones. "La oficina de prensa no considera necesario contestar a cada documento sacado fuera de contexto que se refiere a una situación legal particular", dijo Federico Lombardi, portavoz de la Santa Sede. "No es extraño que haya documentos con la firma de Ratzinger".
Cummins incluso acudió en persona a Roma para mover el caso de Kiesle, pero no le hicieron caso. Por fin, la secularización del sacerdote fue en 1987, seis años después de que se iniciara el proceso. El ex sacerdote vive en Walnut Creek (California) donde está incluido en la lista de delincuentes sexuales.
Este no es el primer caso que involucra al Papa como encubridor -o, por lo menos, como reacio a actuar- de sacerdotes implicados en abusos a menores. El pasado 22 de marzo, The New York Times desveló un comportamiento similar con Lawrence Murphy, quien abusó durante años de unos 200 niños sordos en Wisconsin. En aquel momento, Ratzinger alegó para no castigarlo que era muy anciano.
Nuevos casos en Holanda y Noruega
Por otro lado, tres sacerdotes católicos han sido apartados de sus funciones en Holanda, mientras que en Noruega se han desvelado la existencia de cuatro nuevos casos de posibles abusos sexuales a menores.
En el caso de Holanda, donde algo más de una cuarta parte de sus 16 millones de habitantes están registrados como católicos, se trata de las primeras suspensiones que vive la institución en ese país. Las primeras denuncias por abusos se hicieron públicas hace aproximadamente un mes. El religioso salesiano Herman Spronck ha señalado que, tras consultar con los superiores de la congregación en Bruselas, se pedirá a los tres curas acusados que cesen en sus actividades.
Los abusos sádicos en una escuela de élite conmocionan a Alemania
La denuncia de 40 ex alumnos saca a la luz la impunidad en los internados
LAURA LUCCHINI - Berlín - 09/04/2010
El próximo 14 de abril, el colegio de élite de Odenwald (al sur de Fráncfort, en Alemania), una institución histórica vinculada a la Unesco, cumplirá 100 años. El aniversario, cuyos festejos están programados para el verano, ya no será lo mismo. 40 ex alumnos han acusado a nueve profesores de abusos sexuales, prácticas sádicas y humillaciones entre los años sesenta y noventa.
Varios testigos han relatado "rituales horribles", según la directora del centro
Hace un mes, el colegio de Odenwald resultó ser la primera institución laica en verse involucrada en el escándalo de abusos sexuales y agresiones en los centros educativos en Alemania. Tras la publicación el pasado mes de enero de los primeros casos, ocurridos en el colegio jesuita Canisius de Berlín, cada semana han ido apareciendo nuevas informaciones.
La actual directora, Margarita Kaufmann, se ha comprometido a destapar todos los abusos. Esta semana, el diario Frankfurter Rundschau ha publicado un primer balance de su actividad. En total, 40 estudiantes acusan a nueve profesores de abusos sexuales y practicas sádicas. Dos testigos relataron casos que habrían ocurrido en los años noventa. Precisamente estos testigos, según dijo la directora, informaron acerca de "rituales horribles" como, por ejemplo, quemar o arrojar agua hirviendo sobre los genitales. También hablaron de estudiantes obligados a someterse a penetraciones con plátanos. En algunos casos, los abusadores habrían sido estudiantes mayores que violaban en grupo a compañeros más jóvenes mientras un profesor observaba la escena. Kaufmann recordó, sin embargo, que los relatos no han sido comprobados todavía, y que los casos han prescrito. Asimismo, la directora recordó que la cifra de los casos que todavía quedan por descubrir podría ser "muy alta".
El Ministerio de Educación de Hesse supo en 1998 lo que estaba ocurriendo en el colegio y las acusaciones contra el ex director Gerold Becker, que administró el instituto hasta 1985. Becker es uno de los principales sospechosos en los casos de pederastia y, pese a que el gobierno regional conocía estas acusaciones, lo mantuvo como asesor del Ministerio de Educación hasta 1999, según informó Frankfurter Rundschau.
Estas informaciones sobre casos espeluznantes cometidos en una institución tan prestigiosa han conmocionado el país. La escuela de Odenwald es laica, mixta y de élite. Fue fundada en 1910 por Paul y Edith Geheb, un matrimonio de pedagogos judíos, y alberga a alumnos de 14 a 18 años. En ella estudiaron, entre otros, el francés Daniel Cohn Bendit, líder del movimiento estudiantil del 68 en Francia, y actual jefe de los Verdes en el Parlamento Europeo; Klaus Gysi, padre del ex ministro de Alemania Oriental Gregor Gysi; la directora de cine Sandra Nettelbeck, y escritores como Jakob Arjouni y Amelie Fried.
Este y otros escándalos anteriores ponen en tela de juicio el papel de los internados, instituciones donde se acumulan la mayoría de los casos destapados en los últimos meses. "Sin duda, la estricta cercanía entre educadores y estudiantes ofrece un entorno con riesgos más altos", asegura Detlef Kulessa, presidente de la asociación Töchter und Sohnen (Hijas e Hijos), que asesora los internados alemanes. Según el experto, sin embargo, "dentro de los colegios hay una sensibilidad y un control muy alto. Se habla más del tema. Los alumnos tienen ahora un papel más activo".
El silencio es uno de los problemas de estas estructuras: lo que sucede dentro de los muros se queda allí. "En instituciones donde la presión y el secreto juegan un papel significativo, se da el espacio para el abuso", explica el psicólogo infantil Günther Deegener. Los expertos coinciden en que hoy la situación ha cambiado, entre otras razones, gracias a las tecnologías. "Hoy los alumnos mantienen contacto continuo con sus padres. Hablan por móvil y se comunican por Internet", dice Konrad von der Beeke, presidente de la Asociación Alemana de Internados Católicos (V.K.I.T.)
El cardenal Antonio Cañizares asegura que "no preocupan" las denuncias de pederastia
EFE - Ávila - 19/03/2010
El cardenal Antonio Cañizares opina que las noticias en torno a los abusos sexuales a menores protagonizados por religiosos de la Iglesia católica en Alemania, son "ataques" que pretenden que "no se hable de Dios, sino de otras cosas". La proliferación de estas denuncias, dijo, "no preocupa excesivamente" a la Iglesia, "porque nosotros estamos asentados sobre la cruz de Jesucristo, que siempre es salvación y victoria (...), es la esperanza de un amor que está por encima de todo".
Cañizares, primer doctor Honoris Causa de la Universidad Católica de Ávila, que él mismo fundó en 1996, ha comentado que desde Roma esas noticias "se ven desde la fe". "Decir desde la fe es decir que la Iglesia, el Papa... nadie se va a arredrar, ni se va a echar atrás en lo fundamental: el anuncio del Evangelio de Jesucristo"; desde su punto de vista, "esto es una llamada a que la Iglesia sea cada día más santa en todos sus miembros".
13.000 llamadas desbordan la línea sobre abusos de la Iglesia alemana
Especialistas asesoran a los afectados y derivan casos a las diócesis y fiscalías
Más de 13.000 llamadas han atascado la línea telefónica sobre abusos sexuales desde que la Iglesia católica alemana la puso en marcha el pasado 30 de marzo. En los tres primeros días, justo antes de Semana Santa, las líneas se inundaron de una inesperada cantidad de personas que pedían asesoramiento: querían romper el silencio y denunciar los abusos que se habían cometido sobre ellos.
"Ayudamos a que reúnan el valor de denunciar", dice un portavoz
Desde principios de año han salido a la luz 300 denuncias a miembros del clero
"No nos esperábamos una respuesta parecida", admitió Stephan Kronemburg, portavoz de la diócesis de Tréveris, quien informó la prensa de los resultados de los primeros pasos de la línea telefónica. Según los datos ofrecidos por Kronemburg, el número total de llamadas fue de 13.293, hechas por 2.670 personas, ya que muchos lo intentaron varias veces antes de lograr comunicarse. El equipo que se hace cargo de dar asistencia a las víctimas y los familiares ha podido contestar hasta ahora solamente al 18% de las peticiones de ayuda recibidas.
La Conferencia Episcopal Alemana, al anunciar el servicio, dijo que estaría dirigido por psicólogos y trabajadores sociales de la ciudad occidental de Tréveris. Entre otras razones, porque el arzobispo de esa diócesis, Stephan Ackermann, ha sido elegido como representante oficial de la Iglesia para gestionar las crecientes denuncias de abusos sexuales a menores cometidos por miembros del clero.
Los especialistas han hablado hasta ahora con 394 personas, y las conversaciones han durado desde unos pocos minutos hasta una hora. Mientras, otros 91 usuarios han recibido ayuda a través de la web que completa el servicio de la línea telefónica, según los datos del obispado de Tréveris.
"La línea abre la puerta para que las víctimas reúnan el coraje de denunciar, les ofrecemos un primer asesoramiento", explicó Kronemburg por correo electrónico: "Sin embargo, no es un instrumento de investigación", añadió, por lo que no se puede decir con exactitud cuántos nuevos casos se han conocido a través de ella.
A quienes marcan el número 0800-1201000 les contesta una voz que dice que un experto está escuchando y que pueden empezar a hablar. "Los encargados de los obispados y las diócesis mismas siguen siendo, como antes, los referentes centrales para las víctimas", aseguró el portavoz, "por lo que se aconseja a quienes llaman que acudan cuanto antes al obispado responsable". La mayoría de los que han llamado hasta ahora a la línea telefónica de la Iglesia son personas que dicen haber sufrido abusos sexuales o familiares de las víctimas. También ha habido casos de denuncias por agresiones físicas.
Los datos proporcionan una fotografía de la verdadera "dimensión del escándalo", según Kronemburg. "Si las personas que atienden esos teléfonos se enteran de un presunto caso de pederastia protagonizado por un sacerdote en funciones, alertarán a la diócesis y la fiscalía", aseguró.
Esta iniciativa está dentro de la gestión independiente del escándalo de los abusos de las directrices del Vaticano que está llevando a cabo la Iglesia alemana. El presidente del Comité Central de los Católicos de este país, Alois Glück, dijo en una entrevista con la radio NDR que "no se trata de esperar que la situación alemana se solucione en Roma, se trata de actuar aquí, en Alemania", aseguró.
Desde principios de año han salido a la luz más de 300 casos de denuncias de abusos físicos y sexuales entre 1950 y 1990 en el país de procedencia del Papa. El escándalo ha llegado a salpicar el mismo Benedicto XVI por el posible encubrimiento de un cura en la diócesis de Múnich cuando él era arzobispo. También a su hermano Georg Ratzinger, por abusos en el ámbito del coro de voces blancas de Regensburg, cuando era su director. Con casi dos tercios de las 27 diócesis de Alemania afectadas por el escándalo, la presión aumenta para romper con lo que se ha denominado el "muro de silencio".
Los maristas homenajearon al religioso de Vigo condenado por pederasta
El religioso Fernando Vecino fue homenajeado en enero de este año por la agrupación Compostela Marista por sus "50 años al servicio del Señor". En aquel momento ya estaba en marcha el proceso que le ha acabado condenando a dos años de cárcel por un delito de abusos sexuales a una niña de 10 años y otro delito de abusos continuados a otra de 11 años a las que deberá indemnizar con 14.000 euros, según la sentencia que recoge Faro de Vigo.
La investigación tuvo su origen el 27 de abril de 2009, cuando una niña de 10 años llegó a casa de clase y le confesó a su madre que tenía algo que contarle: al ir a la secretaría del Colexio Marista El Pilar de Vigo, el religioso, ya jubilado, Fernando Vecino la retuvo por la fuerza y le realizó tocamientos. El hombre, de 69 años, reconoció los hechos (los abogados llegaron a un acuerdo previo por lo que el juicio no se celebró) en el caso de las dos niñas. Ha quedado inhabilitado para cualquier profesión relacionada con la docencia durante un periodo de seis años.
"Agachaba la cabeza"
Los padres de la niña de 10 años, los únicos en denunciar, cuentan que su hija fue a hacer unas fotocopias a secretaría con una amiga que le comentó que el cura jubilado -el centro insiste en que no existía vinculación laboral- siempre les daba "unas gominolas en forma de corazón". Cuando se entretuvo revisando las notas "él arrimó la puerta y metió la mano bajo la cintura mientras le decía: 'Qué guapa y qué callada eres". "Le hizo daño", explicaban ayer, pero lo peor fue "la angustia al no poder soltarse". "La liberó cuando su amiguita entró", apunta la madre. A partir de ahí empieza el periplo desde el hospital Xeral, donde la examina un médico forense, a la policía. "Al día siguiente fui al cole y le dije a ese señor que saliera inmediatamente de allí y no volviera o llamaría a la prensa". ¿Su reacción? "Él agachaba la cabeza", dice la mujer. El director del centro "nos dijo que iban a estudiarlo".
Aunque Fernando Vecino no volvió, la familia de la menor se queja de que no recibieron "ningún apoyo por parte del centro, lo único que les preocupaba era que no saliera a la luz, que no tuvieran mala publicidad". "Mi hija lo pasó muy mal", sostiene la madre, y explica que la niña ya está mejor después de un largo tratamiento psicológico.
Dos años de prisión para un religioso que abusó de dos niñas en Vigo
Los hechos ocurrieron en 2009 cuando el condenado hacía labores de secretariado en un colegio marista de la localidad gallega
EL PAÍS - Madrid - 08/04/2010
Un religioso de 69 años ha sido condenado a dos años de cárcel y una multa de 4.140 euros por realizar tocamientos a dos niñas de 10 y 11 años, publica hoy Faro de Vigo. Los hechos ocurrieron entre febrero y abril de 2009 en el despacho que ocupaba el condenado, F.V.T., que colaboraba en labores de secretaría en el Colegio Marista El Pilar de Vigo desde su jubilación, según el diario.
El condenado, que ha reconocido los abusos y perteneció como hermano a la congregación, fue apartado del centro educativo tras conocerse los hechos y tendrá que indemnizar a las víctimas con 14.000 euros, aunque 12.000 ya fueron consignados por el acusado en el juzgado.
El juicio contra F.V.T. no llegó a celebrarse, ya que se alcanzó un acuerdo entre la abogada defensora del ex hermano marista, la fiscal y el letrado de la acusación particular.
El fallo judicial señala que los alumnos solían acudir al despacho del religioso fuera de horas de clase "a pedirle golosinas que guardaba en un armario". Según la sentencia, una de las menores, que entonces tenía 10 años, fue al despacho "a saludarle y a pedirle golosinas", momento en el que el sexagenario, "con el propósito de obtener una satisfacción sexual, al menos en dos ocasiones le tocó el pecho por encima de la ropa y en una de ellas la barriga por debajo de la camiseta".
Los abusos a la otra menor se produjeron cuando, según su padre, la chica acudió al despacho a hacer unas fotocopias. El condenado, dice la sentencia de la que se hace eco Faro de Vigo, "actuando con idéntico ánimo", le realizó tocamientos en el pecho por debajo de la ropa, al tiempo que le decía "qué callada eres y qué guapa eres".
Además de la pena impuesta -el condenado no irá a la cárcel al no superar los dos años- y de la multa, no podrá aproximarse a las víctimas durante cinco años y se le inhabilita para el ejercicio de cualquier profesión u oficio relacionado con la docencia por un periodo de seis años.
Un religioso encarcelado en Chile filmó cómo abusaba de 15 menores en España
El profesor grabó con cámara oculta a niños de 12 a 14 años en colegios de Madrid y el País Vasco - La policía se incautó de miles de imágenes de pornografía infantil
MARÍA R. SAHUQUILLO - Madrid - 16/03/2010
José Ángel Arregui Eraña, un religioso español miembro de la congregación de los Clérigos de San Viator, está en prisión tras ser detenido en Chile por posesión de pornografía infantil. La justicia española investiga ahora a Arregui, profesor de 53 años, porque también filmaba su propio material en el que aparecen presuntos abusos sexuales contra al menos 15 menores españoles. Todas las imágenes fueron grabadas en España, según consta en las diligencias del caso. En tres colegios en los que Arregui dio clase. El juzgado de instrucción número 9 de Madrid es el que ha abierto diligencias sobre el caso. El imputado se encuentra desde agosto de 2009 en prisión preventiva en Santiago de Chile.
El pretexto para desnudarles era una tesis sobre el cuerpo adolescente
Ninguna de las supuestas agresiones había sido denunciada
La congregación de San Viator promete que colaborará con la justicia
El juez tomará declaración al acusado antes de pedir la extradición
El informe psicológico revela una "parafilia de tipo pedófilo"
El superior provincial de la Congregación de los Clérigos de San Viator en Madrid, Pedro Lahora, asegura que sus miembros no conocían las actividades de Arregui. Que nunca hubo denuncias contra él. Lahora añade que la comunidad religiosa se ha puesto a disposición de las autoridades, tanto chilenas como españolas, para esclarecer los hechos. "Estamos consternados", dice. También han informado a los superiores de la orden y al Arzobispado de Madrid, explica.
Arregui fue detenido en agosto del año pasado en la capital chilena. La policía de ese país, que investigaba las entradas y salidas de varias comunidades pedófilas en Internet, localizó que alguien, desde la residencia El Señor Renca del Liceo Politécnico, se había descargado varios archivos con pornografía infantil. No les resultó muy complicado encontrarlos. Los ficheros se habían bajado desde el ordenador público de la residencia y utilizando la red inalámbrica comunitaria.
Así, en el PC de la casa descubrieron una carpeta con el nombre de José Ángel en la que, originalmente, estaban los archivos, que habían sido borrados. Una investigación de los habitantes de la residencia de profesores les llevó a detener al religioso español. Él mismo entregó a los policías de la Brigada de Investigación del Cibercrimen otros muchos archivos con fotografías y vídeos. "Algunas de las imágenes más crudas que nos hemos encontrado en las muchas investigaciones realizadas", explica por teléfono el subcomisario Cristian González Mendoza, del grupo de pornografía infantil. Miles de fotografías y vídeos de durísimo contenido: sadomasoquismo, coprofilia, urofilia, sexo con bebés.
Pero además del material comprado o intercambiado con otros pedófilos, Arregui había producido también sus propias imágenes. Entre los centenares de vídeos en poder del religioso español se encontraron muchos en los que el protagonista era él mismo. El acento de los menores, la ropa y detalles del mobiliario permitieron a los investigadores chilenos determinar que las imágenes se habían grabado en España. En las instalaciones de varios colegios. La agrupación de pornografía infantil de la brigada del cibercrimen chilena entregó ese material a la Interpol. Estos alertaron a la Guardia Civil.
El religioso español llevaba desde enero de 2008 dando clase en la Universidad Santo Tomás de Santiago de Chile. Antes había pasado por siete colegios en España, donde había dado clase de Educación Física, Lengua o Religión. Fue en al menos tres de esos centros, según ha determinado la investigación de la Guardia Civil, donde se grabaron los abusos. Todos pertenecen a la congregación de los Clérigos Viatorianos (una comunidad religiosa de origen francés, presente en 15 países): el colegio San Viator de Madrid, el San Viator de Vizcaya y el San José de Basauri. Las imágenes -reunidas en 13 DVD- muestran al menos a 15 menores de 12 a 14 años, según la investigación, bajo secreto de sumario hasta hace unos días. De ella se desprende que los vídeos fueron grabados entre 1992 y 2005. Siempre con cámara oculta. Tocamientos, masturbación a los menores, agresiones físicas y penetración con objetos.
Arregui había explicado a los chicos que estaba haciendo una tesis doctoral sobre la flexibilidad en la adolescencia. Necesitaba, dijo, medirles. Determinar cuántos centímetros había entre su mano y su codo; su rodilla y su nalga o el perímetro de sus tobillos. Para ello pedía a los menores que se desnudasen. Los presuntos abusos se desarrollaban entre medición y medición. Mientras, el religioso lo estaba grabando todo con un dispositivo instalado en la habitación. O en las habitaciones, porque los investigadores de la Guardia Civil han localizado que los vídeos fueron realizados en el gimnasio del San Viator de Vitoria, la antigua aula de informática del San Viator de Madrid o los vestuarios del San José de Basauri, entre otros. También se han localizado imágenes grabadas en las duchas de algunos de estos centros.
El argumento de la tesis era verídico. El religioso viatoriano estaba haciendo un doctorado sobre Pedagogía en Educación Física. El tema era, efectivamente, El crecimiento físico en la adolescencia y su influencia en la flexibilidad y su medición. La presentó en 2006. Obtuvo sobresaliente cum laude.
Pero han pasado años desde que se filmaron las supuestas agresiones. Algunos de los abusados, que han prestado declaración, explicaron a los investigadores que todo les parecía un poco raro. Describen la situación como incómoda sin llegar a ser agresiva. Al principio negaron haber participado en las mediciones. Después, la mayoría dijo que sólo lo había hecho una vez. Casi todos habían olvidado que las escenas, de las que hay imágenes, habían sido varias. Por eso, destacan los investigadores en su informe, "no es descartable que estos abusos se hubieran producido alguna vez más".
En varias ocasiones, además, los menores no estaban solos durante las mediciones. Episodios en los que llegaron a participar hasta tres compañeros. Aún así, destacan los investigadores, aunque habían estado juntos durante los abusos, ninguno hablaba después de lo que había sucedido con el religioso. Nunca.
Una de las víctimas explicó en su declaración que participó en las mediciones de Arregui cuando estudiaba 8º de EGB (sistema que desapareció con la llegada de la secundaria en el año 2000), con unos 13 años. El ex alumno relató que el religioso le tocaba constantemente y que se sentía incómodo. Expuso que el profesor le había dicho que no contara nada a nadie. Ni siquiera a sus padres. Que la situación podría estar mal vista.
Otro recordó que, en una ocasión, Arregui le invitó junto con otros tres compañeros a ver un vídeo durante la hora extraescolar. Se trataba de una grabación contra el aborto. Tras la película, el religioso les explicó que era un acto criminal. La vida comienza desde el mismo momento de la eyaculación, les dijo. Y para demostrarlo, cuenta el ex alumno, les invitó a masturbarse para ver después el semen en el microscopio. Así lo hicieron.
Otra de las víctimas describió los episodios de mediciones como una situación "especialmente desagradable". Visiblemente afectado, explicó que había participado en esta actividad como castigo. Que Arregui le hizo chantaje. El religioso le dijo que si no lo hacía le suspendería Lengua. Asegura que fue "coaccionado" para participar. Nunca lo contó a nadie.
Los chavales, ahora adultos, dicen que nunca se les pidió la autorización de sus padres para participar en las mediciones de Arregui. Que las familias nunca supieron nada. Algo que desmienten varios profesores consultados por la investigación del caso, que sostienen que sí. Explican que al producirse esta actividad durante el horario lectivo los padres fueron informados.
Por ahora ninguna de las víctimas ha decidido personarse como acusación particular contra Arregui. Tampoco, según Pedro Lahora, superior provincial de la congregación, se ha recibido queja alguna contra él. "Ni ahora ni entonces", aclara a este periódico. Un punto que confirma Luis Peláez, abogado del imputado. Lahora aseguró a los investigadores, además, que los siete traslados de Arregui en 15 años fueron siempre voluntarios. Como también lo fue, y a petición del propio religioso, su destino en la universidad chilena, parte también de la congregación.
Sólo un profesor del San Viator de Madrid, superior del imputado en aquella época, informó a la Guardia Civil de que en el curso 1991-1992 la madre de uno de los alumnos de Arregui había mostrado su descontento acerca del profesor. La mujer dijo que el religioso solía llegar a clase bebido después de comer, y que había pegado a su hijo. Una queja aislada, según el profesor, que no se volvió a repetir. Arregui, explicó, fue amonestado verbalmente. A final de curso se marchó a otro colegio de la congregación, en Huesca.
La justicia española estudia ahora qué cargos presentar contra el religioso viatoriano. El imputado, que ya está procesado en Chile por un delito de almacenamiento de pornografía infantil, podría enfrentarse en España, además, a la acusación de agresión sexual, con el agravante -tal y como solicita la Guardia Civil al juez de Instrucción- de prevalerse de una situación de superioridad (en este caso de su cargo de profesor y de emplear la autoridad moral de religioso). También podría ser acusado de un delito de producción de material pornográfico infantil "utilizando a menores de 13 años y con un carácter particularmente vejatorio", tal y como se recoge en el sumario de instrucción del caso.
El problema, según fuentes de la investigación, es que puede que algunos de los abusos llevados a cabo por el religioso hayan prescrito. Todo depende de lo graves que se consideren. La ley marca un plazo de 10 años, por ejemplo, cuando la pena máxima señalada por la ley sea prisión o inhabilitación por más de cinco años y que no exceda de 10.
El juez que instruye el caso aguarda ahora a tomar declaración a Arregui por videoconferencia desde Santiago de Chile para decidir si pide para él la extradición. El imputado, en prisión preventiva desde agosto de 2009, debía comparecer ante la justicia chilena el 3 de marzo. El terremoto que asoló el país y destruyó gran parte de su sistema de comunicaciones lo ha impedido. Las vistas fijadas para la semana del 1 al 7 de marzo se suspendieron a causa del seísmo, tal y como explica por teléfono un portavoz de la fiscalía que lleva el caso. Se ha fijado una nueva vista oral para el día 24 de marzo.
José Ángel Arregui Eraña se encuentra bien. "Se siente, dentro de lo que supone estar en la cárcel, acompañado por sus hermanos de la congregación, que le visitan", cuenta el superior provincial en Madrid de la congregación de los Clérigos de San Viator, donde la noticia de la detención de Arregui cayó "como una bomba".
Los informes psicológicos encargados por la fiscal chilena especialista en delitos sexuales, Andrea Rocha, encargada del caso, revelan que el imputado tiene "una parafilia de tipo pedófilo". "No han recomendado que el imputado cumpla parte de su pena en libertad, como así podría ocurrir si la condena impuesta es leve. Y las penas fijadas en Chile por el delito de almacenamiento de pornografía infantil lo son", explica un portavoz de la fiscalía.
El camino que le llevó de la docencia a la cárcel
- Docencia. José Ángel Arregui se incorpora como profesor al colegio San Viator de Mondragón (Guipúzcoa) en 1979. Desde entonces y hasta 2007 pasó por los centros que la congregación tiene en Madrid (San Viator y Nuestra Señora de Fátima), Huesca, Vitoria, Valladolid y Basauri (San José de Basauri). El religioso daba clases de Educación Física o Lengua.
- Abusos. La investigación determina que las grabaciones producidas por Arregui y grabadas con cámara oculta comienzan en 1992. Emplea, según la investigación, el pretexto de su tesis doctoral sobre el crecimiento físico en la adolescencia para acceder a los menores.
- Sobresaliente cum laude. En noviembre de 2006 el religioso defiende su tesis en Pedagogía de Educación Física. Con el título de El crecimiento físico en la adolescencia y su influencia en la flexibilidad y su medición, obtiene la calificación de sobresaliente cum laude.
- Profesor universitario. Arregui logra una plaza de profesor en la Universidad Santo Tomás, de Santiago de Chile. La congregación, que explica a los investigadores que el religioso siempre quiso dar clases en la Universidad, le destina allí.
- La detención. El religioso español es detenido en agosto de 2009 por miembros de la Brigada de Investigación del Cibercrímen por posesión de pornografía infantil en Santiago de Chile. La policía se incauta de decenas de vídeos producidos por él y miles de imágenes y fotografías de durísimo contenido descargadas de Internet.
- Proceso en España. En octubre de 2009, tras analizar el material hallado, la Agrupación de Pornografía Infantil de la policía chilena determina que los vídeos elaborados por Arregui fueron grabados en España. La Interpol chilena contacta con la Brigada de Delitos Telemáticos de la Guardia Civil. El juzgado de Instrucción número 9 de Madrid abre diligencias previas para estudiar el caso, sobre el que se decreta el secreto de sumario.
- Identificación. Las investigaciones llevadas a cabo por la Guardia Civil determinan que el San Viator de Madrid, el San José de Basauri y el San Viator de Vitoria son los centros donde se filmaron los presuntos abusos. Los investigadores toman declaración a los directores de estos centros y a profesores y alumnos. Identifican a 15 de los menores que aparecen en los vídeos.
- No hay denuncias. La congregación de Clérigos de San Viator aseguran que nunca hubo denuncias ni quejas contra Arregui. La comunidad religiosa se pone a disposiciónd de la justicia para esclarecer los hechos.
- Vista suspendida. La vista oral, fijada por la justicia chilena para el día 3 de marzo, se suspende a causa del terremoto. Los informes psicológicos encargados por la fiscalía chilena dan cuenta de que José Ángel Arregui padece una "parafilia de tipo pedófilo".
El primado irlandés se niega a dimitir por silenciar abusos
Seán Brady logró en 1975 que dos niños callaran las agresiones de un cura
WALTER OPPENHEIMER - Londres - 16/03/2010
El cardenal Seán Brady, primado de la Iglesia católica de Irlanda, se negó ayer a dimitir a pesar de las peticiones realizadas en ese sentido por tres personas que sufrieron abusos a manos de un cura pederasta en los años setenta. Brady era sacerdote y maestro en Kilmore cuando, en 1975, sus superiores le encargaron que entrevistara a un niño de 10 años y a una niña de 14, víctimas de los abusos del padre Brendan Smyth, un sacerdote que acabaría declarándose culpable de 74 casos de abusos entre 1958 y 1993, y que moriría en la cárcel en 1997, a los 70 años.
"Hoy no habría actuado como lo hice entonces", aduce el cardenal
El ahora cardenal consiguió entonces que los dos niños aceptaran un voto de silencio, pero ahora asegura que aquel encubrimiento no buscaba proteger del escándalo a la Iglesia católica y que, de todas formas, no era él la persona encargada de explicar el caso a las autoridades civiles. "En 1975 sabía que Brendan Smyth abusaba de niños y se mantuvo en silencio durante 20 años", le reprocha una de las víctimas, Marie Collins. "Es un vergonzoso intento de abdicar de sus responsabilidades por lo que hizo en 1975", opinó otra de las víctimas, Colm O'Gorman.
En diciembre del año pasado, cuando se publicó uno de los dos informes que detalla la enormidad de los abusos sexuales cometidos por sacerdotes católicos en Irlanda, Brady, que dirige la iglesia irlandesa desde 1996 y es cardenal desde 2007, se comprometió a dimitir si se encontraba algún caso de abusos como resultado de fallos suyos de gestión. Pero él cree que no está obligado ahora a aceptar esas peticiones de dimisión.
"He oído esos llamamientos, pero no creo que sea un asunto para dimitir", declaró ayer a la televisión pública irlandesa RTÉ. "Hace 30 años, hace 35 años, yo no era obispo, no ejercía cargos de dirección, era un maestro de secundaria y estaba allí tomando declaración", dijo. "Hace 35 años el mundo era muy diferente. No teníamos dirección con que guiarnos, estábamos en territorio inexplorado. Ahora tenemos estándares mucho más altos y desde luego ahora no habría actuado de la misma manera en que lo hice entonces", añadió.
Apartados de sus funciones tres religiosos salesianos acusados de abusos en Holanda
La Iglesia católica noruega reconoce cuatro nuevos casos de pederastia y muestra su disposición a hacer públicos sus archivos secretos
AGENCIAS - Oslo / Ámsterdam - 09/04/2010
El escándalo por los casos de pederastia en la Iglesia católica parece lejos de remitir. Tres sacerdotes católicos han sido apartados de sus funciones en Holanda, mientras que en Noruega se han desvelado la existencia de cuatro nuevos casos de posibles abusos sexuales a menores.
En el caso de Holanda, donde algo más de una cuarta parte de sus 16 millones de habitantes están registrados como católicos, se trata de las primeras suspensiones que vive la institución en ese país. Las primeras denuncias por abusos se hicieron públicas hace aproximadamente un mes. El religioso salesiano Herman Spronck ha señalado hoy que, tras consultar con los superiores de la congregación en Bruselas, se pediría a los tres curas acusados que cesaran sus actividades.
Aunque algunos medios holandeses han indicado que los tres acusados están todavía en activo, Spronck ha matizado que los tres han aceptado apartarse de sus actividades. "Es humillante tener que afrontar este asunto", ha dicho Spronck, quien ha asegurado que la orden salesiana cooperará plenamente con las investigaciones independientes.
Las tres suspensiones han llegado después de que la radio pública holandesa y un periódico local hayan denunciado en reportajes los abusos cometidos por religiosos salesianos contra algunos alumnos de un internado década atrás. La mayoría de las denuncias son de personas que pasaron por el internado hace 40 o 50 años.
Cuatro nuevos casos en Noruega
Por otro lado, la Iglesia católica noruega ha reconocido hoy la existencia de cuatro nuevos casos de posibles abusos sexuales a menores, después de que el miércoles admitiera que un ex obispo abusó sexualmente de un niño hace dos décadas.
El jefe de la Iglesia católica en Noruega, el obispo Bernt Eidsvig, ha dicho hoy en rueda de prensa que dos de los casos aparentemente ocurrieron en la década de los cincuenta y los presuntos abusadores ya han muerto. Otro ocurrió hace dos décadas, y el supuesto sacerdote abusador ya no vive en el país. El último caso se trataría de rumores, ha afirmado Eidsvig.
Estas nuevas revelaciones son un nuevo golpe a la ya empañada imagen de la Iglesia católica, agobiada por una oleada de acusaciones de abusos sexuales a menores en Irlanda, Estados Unidos, Alemania y otros países.
Eidsvig anunció el miércoles, por indicación del Vaticano, que su antecesor en la diócesis de Trondheim (sur de Noruega), Georg Müller, de 58 años, abusó de un monaguillo. Müller dejó su cargo en junio pasado, alegando problemas de cooperación con otros religiosos. El Vaticano estaba al corriente de los hechos desde enero de 2009, e indemnizó a la víctima, ahora en la treintena.
La prensa local cita, según sus investigaciones, nueve casos nuevos denunciados en los últimos días. "La Iglesia católica debe todavía investigar para determinar si se trata de casos no conocidos hasta ahora", afirma el diario.
"Voy a contactar con la fiscalía para decirle lo que sé y pedir consejo. Si recomiendan una investigación externa (a la Iglesia), estoy abierto", aseguró Eidsvig a Verdens Gang.
El obispo asegura que está dispuesto a colaborar con la justicia y tiene previsto abrir los "archivos secretos" en los que figura información delicada sobre sus sacerdotes, una vez conozca el parecer de la fiscalía. Aparte del caso de Müller, la Iglesia conocía de otros tres casos de pederastia en su seno.
Los abusos se cometieron cuando Müller, de origen alemán, era sacerdote en Trondheim. Tras años de silencio, la víctima contó los hechos a un sacerdote católico. La Iglesia abrió una investigación, e indemnizó al hombre con entre 400.000 y 500.000 coronas noruegas (entre 50.000 y 63.000 euros).
Dimite por pederasta un obispo noruego que indemnizó en secreto a su víctima
L. L. - Berlín - 08/04/2010
Hace 20 años, el padre Georg Müller abusó de un menor en Noruega. Luego, siguió trabajando y llegó a ser nombrado obispo de la ciudad de Trondheim. Cuando la víctima tuvo la fuerza de denunciar, el año pasado, Müller confesó y dimitió. La Iglesia indemnizó a la víctima y el caso permaneció oculto hasta ayer, cuando fue denunciado por una televisión. La historia traslada a Noruega el foco del escándalo de abusos sexuales en la Iglesia católica, justo mientras el Vaticano cierra filas alrededor de Benedicto XVI y califica de "chismes" las acusaciones de las víctimas. Con esta dimisión, son ya una veintena los obispos católicos que han dejado sus cargos, la mitad en EE UU, envueltos en escándalos sexuales en las dos últimas décadas.
Georg Müller (58 años), nacido en la ciudad alemana de Eifel, comunicó su dimisión durante una misa en Trondheim el pasado 7 de junio. En esa ocasión, aludió a problemas de cooperación en la comunidad. La decisión fue recibida con sorpresa en el reducido ambiente católico del país (menos de un 5% de los 4,8 millones de habitantes), ya que el obispo ocupaba su cargo desde 1997. Ayer, sin embargo, se dio a conocer su verdadera historia. "Un abuso sexual fue la causa de su renuncia", escribió en su versión digital la televisión publica Nrk.
El delito ya había prescrito cuando, en 2009, la víctima, un antiguo monaguillo que se encuentra ahora en su treintena, se animó a denunciar. Habían pasado 20 años desde la violencia.
Tras la imputación, la Iglesia noruega llevó al cabo una investigación y consideró creíbles las denuncias. Informado acerca de la acusación, Müller reconoció inmediatamente su culpabilidad. Aseguró, sin embargo, que no había otras víctimas, y ofreció espontáneamente su renuncia.
El diario local Adresseavisen afirma que la víctima recibió una indemnización de la Iglesia de entre 400.000 y 500.000 coronas (entre 50.000 y 65.000 euros). El caso no fue publicado "a petición de la víctima", según la Iglesia local.
El Vaticano confirmó ayer que conocía los hechos desde finales de enero de 2009. Según la versión oficial, reconstruida ayer por el portavoz de la Santa Sede, Federico Lombardi, "en mayo de 2009 el obispo presentó inesperadamente su dimisión, que fue aceptada por el Papa, y en junio dejó la diócesis". Müller siguió viviendo en Noruega. "Fue enviado a terapia y no desarrolló más su actividad pastoral. Desde el punto de vista de la ley civil el caso estaba prescrito".
"Quiero expresar mi compasión con la víctima y la vergüenza por parte de la Iglesia", dijo ayer Bernt Eidsvig, actual obispo de Trondheim y Oslo. En declaraciones a la prensa, el obispo dijo que no puede estar "seguro al 100%" de que no haya otras denuncias. La Iglesia católica noruega ha sufrido otros tres casos de pedofilia, dos en los años cincuenta y otro posterior.
El Vaticano se ha visto atacado, recientemente, por el manejo de denuncias contra sacerdotes pederastas desde varios flancos. A las denuncias de Irlanda, se sumaron los casos de Alemania, Austria y Suiza, entre otros países. Tras la publicación de la pastoral a los católicos irlandeses, Benedicto XVI no ha vuelto a tratar el tema, a pesar de resultar implicado por encubrir un caso en Múnich, cuando era arzobispo. Portavoces de la Santa Sede han afirmado que se está montando una campaña de prensa para atacar la fe católica. En un mensaje con ocasión de la Pascua, el cardenal Angelo Sodano calificó de "chiacchiericcio" (un término italiano que se traduce como "chismes" o "habladurías") el actual escándalo
Ratzinger calló ante las denuncias contra el abusador de 200 niños
El escándalo de los abusos
El Papa fue alertado por un obispo de EE UU cuando dirigía el Santo Oficio - El Vaticano alega que no actuó porque el pederasta era anciano y enfermo
MIGUEL MORA - Roma - 26/03/2010
El Vaticano aparece cada día más superado por la crisis de la pederastia clerical. La exclusiva publicada ayer por The New York Times sobre el difunto sacerdote Lawrence Murphy, quien abusó durante años de unos 200 niños sordos en Wisconsin y nunca fue denunciado ni expulsado de la Iglesia, interpela directamente al Papa y a su número dos y secretario de Estado, Tarcisio Bertone.
El sacerdote Murphy confesó los hechos, pero murió sin ser castigado
Las víctimas claman: "Nunca se ha enviado a un cura a la cárcel"
Los documentos publicados parecen probar que los dos altos cargos vaticanos intentaron tapar el caso cuando dirigían la Congregación para la Doctrina de la Fe. En 1996, el entonces prefecto Joseph Ratzinger dejó sin respuesta dos cartas sobre el asunto enviadas por el arzobispo de Milwaukee. En ellas se contaban los abusos cometidos por Murphy, que trabajó como educador de niños sordos entre 1950 y 1974.
Ocho meses después de que Ratzinger recibiese las cartas, su número dos, Bertone, ordenó a los obispos comenzar un juicio canónico secreto que podía haber llevado a la expulsión de Murphy. Pero poco después paralizó la orden. Escribió a Ratzinger pidiéndole que le dejara morir en paz. La Congregación para la Doctrina de la Fe, dirigida por Ratzinger entre 1981 y 2005, tiene desde 2001 la competencia exclusiva sobre los abusos.
"Intento de golpear"
Federico Lombardi, portavoz de la Santa Sede, explicó que el Vaticano decidió no castigar a Murphy porque cuando conoció las acusaciones el cura estaba "muy enfermo". Y recordó que Raztinger sólo fue informado del caso a finales de los noventa, más de 20 años después de que la investigación civil al pederasta hubiera terminado sin resultados. L'Osservatore Romano negó las imputaciones y acusó a The New York Times de "un evidente e innoble intento de golpear, a toda costa, a Benedicto XVI y sus colaboradores".
Según Lombardi, Murphy no fue expulsado "porque en casos similares el derecho canónico no prevé castigos automáticos, sino que recomienda que se emita una sentencia que no excluya la pena más grande, la dimisión del estado clerical". Lombardi reiteró además que "las normas de la Iglesia no han prohibido nunca denunciar los abusos a menores a las autoridades judiciales", y trasladó así la responsabilidad a los obispos locales.
La afirmación pone el acento en el gigantesco problema que vive el Vaticano. La Santa Sede castiga desde 2001 con la excomunión a quienes traicionen al Papa revelando los casos investigados por el Vaticano. La pena se ejecuta latae sententiae, es decir sin proceso, y es sólo revocable por el Pontífice. Por el contrario, los abusos se castigan con penas variables, que dependen de la gravedad: suspensión temporal, prohibición, privación y, en los casos peores, dimisión del estado clerical, la máxima pena canónica.
La instrucción Crimen Sollicitationis, revisada en 2001 por Ratzinger y Bertone mediante la carta titulada De delictis gravioribus (Sobre los delitos más graves), ordenó a los obispos abrir investigaciones de abusos en cuanto hubiera indicios suficientes y comunicarlas a Roma; y amplió el plazo de prescripción de los delitos de pederastia: los diez años anteriores empezaban a correr cuando la víctima cumplía 18 años. La intención era "perfeccionar las normas procesales y las sanciones" para adaptarlas a los nuevos códigos. No aumentaron ni la transparencia ni las condenas ni las denuncias a la justicia ordinaria. En los últimos ocho años, según las cifras oficiales facilitadas hace unos días, el Vaticano ha investigado a 3.000 sacerdotes acusados de pederastia, y ha suspendido del estado clerical a unos 300, mientras otros 300 han pedido la dispensa aceptando su culpa.
Cuando se le dice que se trata de cifras ridículas, Charles J. Scicluna, promotor de justicia (fiscal) del ex Santo Oficio, se pone a la defensiva y explica que la prudencia extrema preside los procesos canónicos. "El sistema canónico es muy garantista, protege al máximo los derechos y la intimidad de los acusados. Cuando un culpable se arrepiente de sus actos, se le absuelve de forma automática; si no conoce la pena que le espera, no puede incurrir en esa pena.... Pero eso no significa que hayamos evitado que en los casos más graves actuara la justicia civil, no sería justo decir eso".
"Me parece una solemne estupidez, sabemos hace tiempo que tenemos un gran ignorante al frente del equipo legal de la Congregación", afirma el sacerdote y profesor de derecho canónico Filippo di Giacomo. "Es inútil esconderse tras el dedo. La realidad es la que es. Los obispos no han observado la ley canónica. En Irlanda como en Roma. Lo ha dicho el Papa. Amén".
Indignado, Di Giacomo añade: "La tolerancia de la Curia hacia los abusos tiene una raíz evidente: la desvergüenza de muchos de sus miembros. Si el llamado lobby de terciopelo, es decir el grupo rosa, hubiera decidido menos nombramientos de altos funcionarios, quizá se habrían cumplido más las normas y habría habido menos comprensión hacia la pedofilia. La sodomía y la pederastia han sido vistos como un elemento de cooptación dentro de los muros vaticanos. Es sabido que hay cardenales y obispos, argentinos, estadounidenses, italianos, alemanes, de vida afectiva para nada casta ni heterosexual, y secretarios de cardenales que han sido trasladados de Nueva York, Guatemala y Chile o de vuelta a Colombia tras ser cazados por la policía pecando contra el sexto mandamiento en compañía masculina. Ese ambiente ayuda muy poco a comprender los informes que llegan a la Congregación. Pero la culpa no es de Ratzinger. No tiene la colaboración de casi nadie. Está rodeado de cobardes".
Roberto Mirabile, presidente de Caramelo Bueno, asociación italiana de víctimas de la pederastia en activo desde hace 13 años, piensa también que el Papa es hoy el único miembro de la Curia que lucha contra los abusos. "Ni los obispos en sus diócesis, ni siquiera el tribunal de la Congregación para la Doctrina de la Fe han enviado a un solo cura a la cárcel por un crimen pedófilo. Al revés", concluye, "se han limitado a trasladar a los culpables, permitiendo que los criminales continuaran abusando impunemente y convirtiéndose en cómplices con el agravante de la autoridad moral".
Ayer, algunas víctimas del padre Murphy protestaron contra el Papa a pocos metros de la plaza de San Pedro, en territorio italiano, junto a miembros de la asociación SNAP. "Benedicto XVI, siendo jefe de la congregación, ignoró repetidas peticiones de tres obispos para expulsar del clero al abusador en serie Lawrence Murphy", decía uno de los carteles. Los manifestantes fueron arrestados por la policía cuando hablaban con algunos periodistas. Más tarde fueron puestos en libertad. En contraste, por la tarde unas 70.000 personas abarrotaban San Pedro en la jornada mundial de la juventud, arropando al Pontífice al final de un día amargo para él.
El infierno en Verona
Sin tiempo para digerir los horrores, otro espantoso caso de abusos masivos a niños sordomudos, muy similar al ocurrido en Wisconsin, volvía ayer al primer plano en Italia. Sucedió entre 1955 y 1984 en los Institutos Provolo de Verona. Durante 30 años, varios educadores religiosos de esa institución caritativa católica para niños con problemas auditivos abusaron de decenas de víctimas, niños y niñas, todos ellos sordomudos. Se trata del escándalo más grave de pederastia clerical conocido en Italia, y fue desvelado hace un año por la revista L'Espresso, que documentó decenas de sevicias, algunas de ellas cometidas incluso bajo el altar y en el confesionario. La denuncia fue firmada por 67 ex alumnos, aunque se cree que las víctimas pueden ser muchas más. Los abusados nombraron a 25 curas y religiosos presuntos pedófilos: de ellos, 13 viven todavía y siete siguen alojados en el Instituto.
El silencio, el disimulo y la ocultación marcaron inicialmente la respuesta de la diócesis de Verona, que intentó negar la historia y llegó a acusar a las víctimas en público de mentir y de querer chantajear a la Iglesia; hasta que finalmente, a petición de Roma, se abrió una investigación. Ahora, la Congregación para la Doctrina de la Fe tiene finalmente en su poder el sumario. Pero la asociación de víctimas sigue criticado la actuación del obispo, Giuseppe Zenti, y lamenta que ninguno de ellos ha sido escuchado durante la instrucción.
Según L'Espresso, ninguno de los acusados ha sido alejado aún del centro escolar, que frecuentan centenares de niños y jóvenes. El único expediente de expulsión se abrió contra un cura que contó a la revista los abusos que había cometido.
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