Un centenar de veterinarios de la empresa pública Servizos Agrarios Galegos (Seaga) están al borde del despido. Los profesionales de esa empresa se encargan de identificar el ganado de Galicia, desde su nacimiento hasta su venta al por menor. La Xunta aprobó recientemente un decreto que cambia drásticamente el sistema: los ganaderos tendrán que declarar a través de Internet el estado de sus explotaciones, y el control se realizará, a posteriori, a través de inspecciones de la Consellería do Medio Rural. A pesar de la aparente modernidad de la propuesta, la cuestión plantea interrogantes que vale la pena comentar.
En primer lugar, la labor que realizan muchos veterinarios en el medio rural va mucho más allá de la certificación del ganado. Son auténticos consultores de los ganaderos, les asesoran en problemas de las explotaciones y, no menos importante, conectan el conocimiento científico con el mundo rural. En una situación tan complicada para el campo como la actual, su eliminación envía un nuevo mensaje de abandono borrando del mapa un sistema que, en opinión de todos los expertos, funciona adecuadamente. La segunda cuestión novedosa es que serán los ganaderos los que deben certificar mediante una aplicación informática el estado de sus explotaciones. Suponiendo que Internet funcionara en el medio rural gallego y, dando por supuesta la formación necesaria para acceder a la Red de todos los implicados, ahora serán los propietarios de las reses quienes, en sana camaradería con los inspectores de medio rural, verificarán el estado de las explotaciones. Como de ahorrar se trata, supongo que los citados inspectores no cobrarán por ejercer tan benéfica función y que no se convocarán nuevas plazas para tal fin.
Verán, no quiero hacer demagogia proponiendo que los pacientes certifiquen por Internet su estado de salud a los médicos, simplemente digo que debemos decidir qué queremos hacer con el campo gallego. Ya sé que el nuevo sistema es moderno, que se aplica en otros lugares, pero ¿han pensado que tal vez el actual nos pueda dar un plus de calidad si se gestiona razonablemente? Tenemos magníficos veterinarios formados en Galicia, el sistema funciona bien, entonces, ¿por qué no mantenerlo y tratar de explotar ese valor añadido?; tiemblo cada vez que la tijera rural se disfraza de eficiencia y modernidad.
No soy un experto en veterinaria, pero hablo con la gente que vive en el campo. Después de ratos de charla con ellos he llegado a la conclusión de que lo mejor para ahorrar es suprimir también a los ganaderos y dotar a cada vaca de una dirección de correo electrónico, tipo Marela1@vacuno.xunta.es. Es barato y moderno y, con la instalación de wifi en las explotaciones, ellas mismas podrían enviar sus propios datos a la consellería. No crean que solo yo pienso así, he leído en el Facebook vacuno que ni Marela12 ni Gallarda3 están de acuerdo con los despidos. Normal.
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